Experiencia de donación de óvulos

Enfrentarse a una donación, como cualquier otro proceso médico necesita información y meditación. Cuando te planteas por primera vez la posibilidad de convertirte en donante de óvulos, lo primero que se pasa por la cabeza son pinchazos en la barriga, hormonas, controles,… además de que la posibilidad de tener que ser anestesiada puede suponer pánico para muchas mujeres.
Nada más lejos de la realidad, la donación de óvulos es un proceso indoloro y las molestias que puede ocasionar son familiarmente conocidas para las mujeres, ya que pueden equipararse a los dolores menstruales. Además, incluso para más información, la donación de óvulos no compromete para nada la futura fertilidad de la donante.
En cualquier caso, lo primero y más adecuado es concertar una cita en una clínica especializada. Esta primera cita es a modo informativo donde se explica todo el tratamiento y las ventajas e inconvenientes. También se informa acerca de la compensación económica que realmente es un punto importante ya que en muchos casos supone un aliciente para convertirse en donante. Existe una segunda entrevista donde se estudia la historia clínica y se firman los documentos. Tras la segunda entrevista llega la visita al ginecólogo para realizar el pertinente reconocimiento médico y determinar si finalmente eres admitida como donante de óvulos.
Sólo por seguridad médica, se realiza, durante una horas, el ingreso en el centro y posteriormente se te da el alta. Es necesario mantener el contacto con la clínica de fertilidad durante un tiempo una vez realizada la donación a la vez que se sigue un tratamiento post-captación para evitar complicaciones.
Una vez que se tiene la menstruación, se da por terminado el proceso y queda abierta la posibilidad, una vez transcurridos unos meses, de volver a realizar el proceso. En este caso sólo hay que ponerse en contacto de nuevo con el centro.
En muchos casos, saber que con tu acto estás dando la posibilidad a muchas parejas de poder conseguir su sueño de ser madres es lo más gratificante y no existe razón más importante.

Viajar a Málaga para ser padres

Tener un hijo es lo más importante para muchas parejas. El problema es que las dificultades para lograr el embarazo son cada vez más comunes, en algunas ocasiones dichas dificultades se derivan de problemas de salud existentes pero en otros muchos casos su explicación está sin determinar. La donación de óvulos se ha convertido por tanto en una de las soluciones más efectivas para todas aquellas parejas que no logran conseguir un embarazo.

El aumento de donantes y de clínicas de donación de óvulos se ha multiplicado en España en los últimos años. El caso de Málaga es curioso y es que es la ciudad que mayor número de parejas extranjeras en busca de técnicas de reproducción asistida recibe. Las listas de espera menores, el prestigio de sus clínicas privadas y las leyes restrictivas en muchos de los países de procedencia son las principales causas que empujan a los extranjeros (especialmente ingleses, italianos, belgas o noruegos) a venir a nuestro país para cumplir su sueño de ser padres. Pero además de todo lo citado Málaga destaca sobre el resto de ciudades españolas debido a que han aumentado significativamente el número de donaciones de óvulos.

El crecimiento en la demanda de técnicas de reproducción asistida en Málaga comenzó a experimentar un notable crecimiento en el año 2004 coincidiendo con la Ley italiana de reproducción asistida que prohíbe la donación de gametos, desde entonces su aumento no ha cesado.

Ya he donado ovulos

El proceso ha terminado, estoy en casa y perfectamente, a pesar del calor. Se ha pasado el tiempo mucho más rápido de lo que pensaba, todo ha ido bien y parece que eso es lo normal. A estas horas la receptora de mis óvulos ya los tendrá implantados (después de haberlos fecundado), aunque no la conozca la deseo todo lo mejor, que consiga un embarazo, que sea una gran madre y que tanto ella como el hijo sean felices.

Todo ha sido más rápido de lo que esperaba. En la clínica estaba todo preparado así que en cuestión de media hora ya estaban los ovocitos extraídos. Después he estado una par de horas en la clínica, para descartar que apareciera cualquier complicación. El personal me ha tratado fenomenal, han sido muy cuidadosos y amables.

Ahora voy a tener que vigilar que en unos días no ocurra nada extraño, si notara algún dolor, sangrado excesivo o demás anomalía tengo que ponerme en contacto con la clínica y ellos me tratarán. Una vez terminado todo puedo asegurar que más adelante volveré a donar óvulos, no duele y no es demasiado molesto (quitando las frecuentes visitas a la clínica). Ahora se por qué la mayoría de las mujeres repiten, una vez quitado el miedo inicial y viendo que no hay ningún tipo de efecto secundario, la donación se convierte en algo simple y con lo que se puede ayudar a muchas personas. Eso sí, no pienso acabar como la mujer australiana del post anterior.

No podéis imaginaros lo bien que me siento al pensar que he hecho feliz a una mujer, o a una pareja, seguramente a una familia entera.

De nuevo, animo a todas las mujeres que os estáis planteando donar óvulos a que perdáis el miedo y acudáis a la clínica. El tiempo pasa volando y vais a hacer algo maravilloso.

Obviamente no podía dejar de pasar la oportunidad de dar las gracias a como me han tratado en la clinica de fertilidad Ginefiv, a sus médicos, a sus enfermeros y a sus enfermeras, a la psicologa, que ha estado ayudándome en todo lo que necesité y que recibió mi llamada mas de una vez,… Ha sido un placer estar con vosotros y ya os amenazo con volver 😀

Vente para España, Marcela

Uno de los gritos mas oídos en los foros de futuras mamás italianas es: vete para España lo antes posible, y es que según El Pais, la casi imposibilidad de recibir una donación de óvulos en Italia hacen que este mal llamado turismo reproductivo tenga en España sobre todo, y en Suiza y Bélgica en un segundo escalón, sus destinos principales en busca de ese ansiado hijo, incapaz de llegar por medios naturales.

La mayoría de las parejas que salen de Italia tienen un perfil bastante similar: mujeres por encima de los 35 años, pareja heterosexual y casadas (82%).

Ley 40

La Ley 40 es el escollo fundamental al que se enfrentan las futuras mamas en Italia y es que hasta 10.000 parejas italianas al año emigran en pos de conseguir óvulos u ovocitos fuera de su país natal. Y es que la ley promulgada por el gobierno de Berlusconi en el año 2004 limitó sobre manera las posibilidades de las parejas italianas a concebir un hijo: se establece como límite tres embriones que poder fecundar y que implantar a la vez (como en España, para evitar la superfecundación), pero además, prohibió el diagnóstico pre-implantacional, así como la donación de óvulos o donación de semen ajenos a la pareja (ni que decir tiene que quedan totalmente fuera de la ley las fecundaciones a homosexuales).

Y es que en la aprobación de esta ley una de las máximas que se siguió fue la de que el óvulo fecundado tiene la misma dignidad que un ser humano, por lo que no se pueden congelar embriones, descartar aquellos óvulos que sean potencialmente insano o potencialmente no fecundable, así como fecundar en un mismo tratamiento mas de esos 3 óvulos a implantar. Y aunque en 2009 declaró ilegal parte de la ley, de tal forma que el médico puede criogenizar los óvulos mientras que se le implantan otros, el escollo fundamental se basa en que allí no se permiten la donación de óvulos, por lo que solo se puede fecundar óvulos de la mujer por el semen del marido, algo que es imposible en mas del 61% de las parejas que han de salir de Italia para ver cumplido su sueño de ser madre.

 

Pruebas, pruebas y mas pruebas

En estos días no tengo mucho que contaros del tratamiento, simplemente tengo que ir de vez en cuando a la clínica para que me hagan análisis, ecografías y demás para garantizar que todo está yendo bien. Por lo pronto parece que no hay ningún problema, espero que siga así. Tampoco estoy teniendo demasiadas molestias, la verdad es que pensaba que sería mucho peor. Es cierto que noto a veces como pinchazos en el abdomen, me siento hinchada y a veces noto pesadez. Es más o menos la sensación normal antes de tener el periodo. No sé bien cómo explicarlo, la verdad es que cada persona tiene síntomas diferentes, pero más o menos podéis haceros una idea.

Durante este mes estoy intentando llevar un ritmo de vida tranquilo, comer sano y no hacer demasiados esfuerzos No hace falta alterar el ritmo de vida normal, pero prefiero que todo salga bien. Ahora lo que más respeto me da es la extracción de los óvulos. Sé que no es un proceso complicado, que sólo requiere anestesia local y que a las pocas horas estás fuera. Aun así es oír que los extraen mediante punción me asusta un poquillo.

Ya os contaré que tal termina todo, después por lo que me han contado, la mayoría de las mujeres dona óvulos de nuevo. El límite está en donar 6 veces (según la legislación española). En otros países, como Australia el límite está en 10 ovodonaciones. En la clínica me han comentado que después de la extracción de los ovocitos se realizará un seguimiento de unos 10 días para verificar que no han aparecido efectos secundarios y pasado un tiempo podría repetir el proceso de donación.

Aún no sé si voy a realizar otra donación más adelante. Sé que por lo pronto no, pero puede que pasado un año o dos me lo plantee de nuevo.

La mayor donante de óvulos del mundo

Mientras espero que llegue el día de la extracción de los óvulos os voy a hablar de esta noticia curiosa que he encontrado (http://www.dailymail.co.uk/health/article-1392740/Faith-Haugh-Australian-woman-gives-away-eggs-sets-record-donor-babies.html) Faith Haugh se ha convertido en la mayor donante de óvulos a sus 41 años. Esta Australiana empezó a donar óvulos hace 17 años y según afirma no piensa parar.

Ha donado óvulos 19 veces, lo que muchos médicos consideran un error. Si recordáis, en algún post comenté que el límite legal de donaciones en España es de 6 veces y en Australia de 10. Estos límites se establecen para evitar que se produzca un incesto involuntario entre personas engendradas con óvulos donados. Por ese motivo esta mujer se fue a Mumbai para seguir con las ovodonaciones. Haugh asegura que le llegan peticiones de óvulos de todas partes del mundo y ella está dispuesta a atender todas las solicitudes que pueda.

Esto me lleva a plantearme que si en las clínicas de fertilidad que he visitado el límite de edad para la donación de óvulos se establece entre los 30 y 35 años por motivos de calidad de los óvulos. Esta mujer que tiene 41 años ¿no puede estar donando ovocitos de mala calidad? ¿No pueden surgir problemas durante el embarazo de la receptora? ¿Puede haber consecuencias posteriores para su hijo? Supongo que antes de fecundar los óvulos e implantarlos analizarán la calidad de estos. De todas formas creo que en estos casos aunque se tenga buena voluntad hay que saber cuándo parar.

Faith Haugh ha tenido la suerte de no haber sufrido efectos secundarios ninguna de las veces que ha procedido a donar óvulos y según declara todos los meses pierde óvulos de los que podría beneficiarse cualquier mujer estéril. Aun así a mi me parece que empieza a poner en riesgo su salud (esto lo digo teniendo en cuenta que yo no soy una profesional y que mi opinión es persona).

¿Que os parece a vosotros?

 

Prejuicios en la Donación de Óvulos

De todos es sabido que prácticamente todas las religiones del mundo sienten prejuicios por cualquier cosa que tenga que ver con la reproducción: desde el acto en sí, a cualquier otro elemento que pueda intervenir o modificar la forma o resultado del hecho de procrear.

Es algo comprensible: según el designio natural de cualquier deidad, el acto de reproducirse es lo más sagrado a lo que un mortal puede aspirar. Es, nada más y nada menos, que llevar a cabo su mismo acto de creación y llevar a la vida un nuevo ser, en muchos casos a su imagen y semejanza.

Pero, ¿es esto un pecado al alcance de todos? ¿Puede cualquier religión prohibir de manera coherente, por ejemplo, la donación de óvulos?

Examinemos pues el cristianismo. Para las ordenanzas cristianas, el hecho de fertilizar un óvulo es un acto divino. Es la acción de generar una nueva vida humana que habrá de poblar el mundo, y por lo tanto es un hecho que debe crear reverencia en las personas que lo comparten. Hasta este punto, podemos no encontrar ningún tipo de impedimento para que se pueda producir una donación, o quizá, una inseminación artificial.

Pero podemos ver un escollo: ¿qué sucede con los óvulos que se desechan por no ser aptos? El cristianismo considera que todo óvulo es un potencial humano, y por lo tanto un elemento sagrado que debe ser protegido. No puede concebirse ni por asomo el asesinato o congelación de un humano potencial, y por lo tanto es algo prohibitivo.

Dentro del mundo del Islam, no obstante, todo cambia. Bajo su punto de vista, un óvulo no debe ser tomado como una persona que deba ser divinamente protegida. Pero existe un contratiempo que impide la donación: en caso de fecundación artificial, esta debe ser llevada a cabo con espermatozoides únicamente de la pareja y no de un tercero desconocido.  Este hecho podría ser tomado como haram, esto es, un pecado prohibido por el Islam.

Últimas pruebas y empezando con el tratamiento

Sigamos donde me quedé en el último post, ya se me van pasando los nervios, aun así tengo prácticamente un mes por delante para tener dudas, sentirme feliz, estar triste y todo lo que le apetezca al boom hormonal que voy a sufrir. Antes de darme los resultados me realizaron una citología para descartar que tuviera cualquier ETS, después de las últimas pruebas tuve la buena noticia: ¡Soy apta para realizar la ovodonación! Y yo que tenía miedo de que saliera cualquier cosa negativa en los análisis, sobretodo anemia, ya que soy muy propensa. Pero no, estoy sana y soy joven, soy una candidata ideal según me dijeron en la clínica.

Pues bien, hoy he empezado con el tratamiento hormonal. Hubiera preferido que el tratamiento fuera en pastillas, que las inyecciones me dan un poco de yuyu, pero no es posible. Voy a tener que estar unos días inyectando hormonas para estimular los folículos. Hoy ha sido el primer día y no he notado nada. Según me ha dicho el ginecólogo, si no noto normalmente molestias durante todo el ciclo  puede ser que pese a que en este ciclo madurarán más ovocitos no tenga dolores intensos. ¡Eso espero!, pero que si tengo molestias no me preocupe, es lo normal.

También me ha comentado que puedo tener cambios de humor y que tampoco deben preocuparme. A ver qué tal… Esto me recuerda a este tweet de @LadyExposito que saque de la web vistoenfb.com

Cosas que pasan con la menstruacion

Dentro de poco empiezo con los controles médicos para detectar si hubiera cualquier alteración, así que voy a ir y venir de la clínica con bastante frecuencia. Hemos cerrado ya prácticamente todas las fechas para las pruebas para que así me sea más fácil organizarme sin tener que cambiar nada de mi vida diaria.

Os seguiré informando de como sigue todo el proceso, espero que no surjan problemas que impidan que complete la donación de óvulos.

Empiezan las pruebas

Hoy por fin empecé con la parte que más os interesa, mi experiencia personal en la donación de óvulos. Es un día muy importante, porque con estas pruebas sabré si puedo ser donante o no, además de si estoy completamente sana (vamos, si paso las pruebas es que estoy saniiiisima jeje). No os he dicho que al final me he decidido por la clínica Ginefiv, sobre todo porque he estado leyendo mucho y me he sentido muy bien tratada. A lo que iba, cuando esta mañana iba a la clínica estaba bastante nerviosa, no sé por qué. Llevo mucho tiempo meditando todo lo de la donación, me he informado bastante y sé que es prácticamente imposible que surjan problemas… Aun así no he podido evitarlo, de hecho por un segundo he pensado en darme la vuelta.

Recuerdo el día que hablando con la psicóloga de la clínica, me dijo que algunas chicas se echan atrás en mitad del proceso y esto supone una pérdida de tiempo y dinero para la clínica. La verdad es que fue muy maja, me dijo que lo meditara bien y que me pusiera en contacto con ella si necesitaba cualquier cosa. Pero en fin, ya había llegado hasta allí y no me iba a marchar después de predicar a los cuatro vientos lo importante que es la donación de ovocitos y de conseguir animar a otras chicas a ser donantes.

Lo he pasado un poco mal porque he ido sola, pero estamos hablando de un tema que todavía no es bien tolerado por algunas personas, por lo que he preferido no contarlo ni a mi familia ni prácticamente a ningún amigo. Aunque salgo con mi fotografía, la real, tampoco mi familia está mucho por aqui. Lo sabe mi amiga Ana y poca gente mas…

Lo primero que ha hecho el médico ha sido crear mi historial, me ha preguntado cosas sobre mi familia, enfermedades, alergias, operaciones recientes… y me han realizado un análisis de sangre. Después me han hecho una ecografía para verificar que todo era correcto. Nunca he tenido problemas con mis ciclos menstruales por lo que esperaba que en este aspecto no hubiera problemas.

Ha sido una mañana de pruebas, pruebas y más pruebas (y las que quedan) pero en nada sabré si puedo ser donante de óvulos.

La fecundación invitro de Ana

Muchos me habéis pedido que pregunta a Ana como fue todo el proceso de la fecundación invitro, pues bien, aquí os pongo lo que me ha contado:

El primer paso fue acudir a varias clínicas y hablar con diferentes ginecólogos para tener toda la información posible, le explicaron el proceso y los riesgos que podría encontrarse. También tuvieron que hacer una entrevista con una psicóloga que le habló de los cambios psicológicos que podría sufrir durante el proceso. Cuando Ana y su marido tenían claro la clínica que escogían, acudieron a esta para firmar el consentimiento correspondiente. Cada consentimiento es diferente para cada tratamiento, pero en todo caso hay que firmar que la pareja ha sido informada por profesionales médicos, que conocen el proceso que deben seguir y que les han comunicado los riesgos que pueden ocurrir.

Una vez firmado el consentimiento comenzaron con el tratamiento. A Ana le realizaron un análisis de sangre, una ecografía (para ver que su sistema reproductor no sufre alteraciones), un análisis hormonal y una prueba del catéter que utilizarían después para la implantación del embrión. Por supuesto todo esto se hace en diferentes días. A su marido le realizaron un seminograma para garantizar que sus espermatozoides tenían buena calidad.

Después de obtener los resultados y verificar Ana reunía los requisitos necesarios para implantarle el embrión fecundado artificialmente la clínica acordó que en el plazo de tiempo más corto posible comenzarían con el tratamiento.

Ana tuvo que esperar hasta que dieron con una donante adecuada a ella, en ese momento tuvo que empezar la toma de un tratamiento hormonal, destinado a aumentar su fertilidad. De vez en cuando Ana tenía que volver a la clínica para sus revisiones periódicas, donde corroboraron que el proceso continuaba correctamente. Hasta el día en que le implantaron los óvulos fecundados.